SILENCIOS que forman parte de una conversación y generalmente cuesta manejar. Silencios que hacen que un@ se sienta incómod@, buscando algo que decir para romper con esas extrañas sensaciones. Silencios cuando un@ está consigo mism@ y busca algo que lo rompa, la tele, la radio, algo de música… simplemente para que haya ruido de fondo.
Qué maravilloso momento cuando puedes estar con alguien sin decir… porque a la vez, ya se dice todo, no se necesita nada más. No hay tensión, sino comodidad.
Qué gran paso, cuándo respetando el silencio del otr@ se es capaz de no decir nada. Y, entonces, se habla sin hablar. Se dice sin palabras. Se está, que en muchas ocasiones, es lo más importante, lo fundamental, lo que le importa a quien no tiene ganas de hablar o, simplemente, no tiene nada que decir.
Prueba a cultivar silencios. Prueba a escuchar. Prueba a escucharte. Hay mucho más en un silencio de lo que en un principio puedas imaginar.
Autora: Gema Zunzunegui Lamas