Existe una situación que se produce con frecuencia en el enamoramiento. Cuando una persona empieza a sentir algo especial por otra, no solo escucha sus propios sentimientos, también desea ser correspondida. Y, por ello, intenta encontrar señales e indicios que alimenten la esperanza de una posible historia de amor. ¿Pero qué ocurre cuando crees que «disimula que le gusto«? En ese caso, intuyes que sí siente lo mismo por ti, pero también tienes momentos de dudas.
¿Por qué es habitual creer que la otra persona disimula la ilusión que está sintiendo?
Existen distintos factores que influyen en este punto de vista. A continuación, explicamos cinco posibles razones:
1. En ocasiones, esta afirmación se basa en la experiencia propia. Así sucede, por ejemplo, cuando alguien utiliza la indiferencia de forma intencional para despertar el interés de la persona que le gusta. En ese caso, la indiferencia muestra la distancia que existe entre la apariencia externa y la realidad interna. Y quien ha utilizado esta técnica de seducción en algún momento de su vida, puede creer que el otro está actuando del mismo modo.
2. Es difícil aceptar el rechazo en un momento de tanta ilusión. La persona enamorada se aferra a la esperanza de ser correspondida a corto plazo. Creer que la otra parte oculta sus sentimientos, a veces, muestra una forma de autoengaño que prolonga la expectativa de amar y ser amada/o. Es decir, pospone el descubrimiento de la verdad. Aquel instante en el que se produce la alegría o el desencanto.
3. Es un tópico muy arraigado en la sociedad. Y, en consecuencia, es un mensaje que también puede haberse aprendido por influencia del entorno. Imagina, por ejemplo, ese instante en el que un confidente transmite al enamorado este mensaje. No desea verle sufrir y, verdaderamente, cree que existe esa posibilidad. Pero, además de esa opción, también hay otras muchas alternativas. Creer que alguien disimula lo que siente a pesar de estar enamorado es un tipo de pensamiento que también puede estar condicionado por los estereotipos del amor romántico.
4. La persona disimula, pero no muestra una verdadera indiferencia. Existen gestos y detalles que reflejan un interés. Son ese tipo de matices los que hacen que la persona enamorada piense que, realmente, es correspondida de algún modo.
5. También puede ocurrir que la persona interesada sepa que la otra parte sí siente algo especial porque un amigo en común le ha desvelado el secreto. Aunque la protagonista aún no ha exteriorizado sus sentimientos. En estos casos decir «disimula que le gusto» cobra más credibilidad.
¿Cómo saber si alguien disimula lo que siente de verdad?
A continuación, te damos varios consejos para conocer la respuesta:
1. Date tiempo. Y, de este modo, podrás observar si existe alguna evolución en el vínculo o, por el contrario, la situación se mantiene estática. Generalmente, una persona enamorada, no oculta sus sentimientos para siempre. Por ello, ten paciencia y el propio tiempo te dará la respuesta.
2. Observa su lenguaje no verbal. La indiferencia puede percibirse en la ausencia de una conversación. Pero una persona muestra sus sentimientos más allá de las palabras. De hecho, el lenguaje corporal adquiere una relevancia especial en el proceso de seducción. ¿Qué transmiten sus expresiones faciales? Por ejemplo, alguien que busca el contacto visual muestra un interés, aunque intente aparentar indiferencia.
3. Valora los hechos en sí mismos, intenta ir más allá de aquello que deseas que pase. Analiza la realidad de la forma más objetiva posible. Tal vez el presente entre vosotros no sea como te gustaría que fuese. Pero si existe una falta de interés por parte el otro, es mejor aceptarlo cuanto antes.
4. ¿Crees que existe algún motivo por el que puede disimular lo que siente? Es decir, intenta concretar cuál es la razón de esa afirmación. Por ejemplo, quizá sea una persona muy tímida. Quizá pienses que es alguien que no quiere dar el primer paso. ¿O crees que no desea abrir su corazón porque está superando una ruptura reciente?
5. Toma la iniciativa y observa la respuesta de la otra parte. Las dudas aumentan cuando quedas a la expectativa de interpretar constantemente aquello que puede ocurrir. Pero una suposición no es una certeza. Y es importante que lo tengas en cuenta cuando afirmas que disimula que le gustas (pero no lo sabes plenamente).
¿Quiénes experimentan con más frecuencia esta creencia de «disimula que le gusto»?
Cualquier persona enamorada ha podido creer en algún momento que el otro «disimula que le gusto». Hay que tener en cuenta que la ilusión y el deseo tienen una gran intensidad en su etapa inicial. Por ello, el anhelo de ser correspondido se convierte en un motivo de felicidad para el enamorado. ¿En qué casos puede producirse con más frecuencia esta creencia?
1. En personas que siempre han logrado sus objetivos y no han conocido el rechazo sentimental.
2. En aquellas situaciones en las que se producen señales contradictorias. En ese caso, esas señales incrementan la confusión en quien las recibe. Y puede ocurrir que sean más significativos los síntomas de indiferencia. Sin embargo, si existe algún dato que alimenta la esperanza, puede ser suficiente para que la persona llegue a creer que el otro disimula lo que siente.
3. En personas que están muy enamoradas y desean ser correspondidas de verdad. En ocasiones, es posible caer en la trampa del autoengaño ante la dificultad para asimilar la falta de interés.
4. Quienes en algún momento ya han vivido una situación de este tipo. Y, en ese caso, es posible que observen características de una experiencia previa en una nueva historia. Cuando crees que el otro disimula que le gustas puede que estés en lo cierto, pero también puede que solo se trate de una suposición.
5. En los primeros amores. Es una situación que se produce con más frecuencia en ese contexto.
Imagina que objetivamente crees que la otra persona intenta ocultar lo que siente. ¿No te gustaría que tome la iniciativa de demostrar sus sentimientos en algún momento? Jugar a las adivinanzas en el amor, en la etapa adulta, puede ser un ejercicio agotador. Por ello, es positivo dar tiempo al tiempo, pero no de forma indefinida.
